Y olía a naftalina...
Impecablemente vestido, como si su traje estuviera guardado especialmente para la ocación, no llevaba más arrugas que las que contenía su rostro. Ese rostro cálido y senil. Donde cada una de las expresiones marcadas en ellas son huellas de batallas luchadas a lo largo de los años. Igual o menor cantidad de batallas marca su cabeza que pocos cabellos negros quedan en ella. donde ya el grisaseo o el blanco predominan...
Los mismos zapatos de siempre... es que no se puede evitar, son los que le gustan y ya. A sus años tratar de cambiarlo es tarea perdida.
Y siempre sacando la frase... "El Diablo sabe más por viejo, que por Diablo", cuando veía que algo no estaba ocurriendo de la forma "correcta" que él había sugerido-impuesto.
Y ahí estaba... indefenso, como si los años ganaran la batalla que siempre amenazaron por comenzar. Los mismo años que el Cancer trató de llevarte rápidamente, donde cada día habían dolores más intensos, como el que te llevó anoche a dormir y a no levantarte nunca más...
Y aqui estoy yo... terminando de abrocharte los botones de tu traje, que olía a naftalina por el tiempo que estuvo guardado en el closet esperando la oportunidad de ser usado... y que hoy... será el que te acompañe en el viaje a tu vida eterna.
(Todos mis escritos, a no ser que lo diga, son inventos basados en frases que se me vienen a la mente en momentos cualquiera)
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